lunes, 15 de noviembre de 2010

Cap 5 (1)

El Señor Camas y la Señorita Lauren salieron del recinto escolar camino de una cafetería en la que sentarse a charlar. Él no se daba cuenta, pero Lory, como todo el mundo la llamaba cariñosamente, no había cesado de temblar desde que salieran de la sala de profesores. Desde que él la cogió por la cintura. Hablaba, mientras que ella se fijaba en el suelo, escuchando, temía que si le miraba a los ojos o a la cara, se terminaría sonrojando. Se suponía que ella había superado el intenso encuentro que habían tenido casi un año atrás. Aunque no era así.

"Era un sábado, había salido con unas amigas. Su mejor amiga cumplía años. Y se habían prometido quedar, ya que el ritmo de trabajo de cada una de ellas lo hacía imposible. Lo cierto es que había estado toda la semana deseando que llegara el día. Necesitaba desconectar se decía continuamente.

Una tarde, después de su jornada laboral, salió de compras. Le apetecía comprarse algo especial, distinto, para esa ocasión. Entró en varias tiendas pero no encontró nada. Volvía de camino a su casa cuando vio una tienda que no había visto nunca, decidió entrar, por probar… y allí estaba, aquel vestido, era realmente sencillo, de color rojo, a la altura de la rodilla, quizás. De media manga. A simple vista, no era llamativo, pero una vez después de probárselo, decidió que tenía que llevárselo. De vuelta a casa, entró en una tienda y se compro algo de lencería. Atrevido. Se decantó por un conjunto de encaje negro que resaltaba su figura.

El sábado por la tarde, decidió que tenía que cambiar, y empleo gran parte de la tarde a hacerlo. Se ondulo el pelo y le dio volumen, ya que generalmente lo llevaba lacio. Se maquillo de forma suave, únicamente resaltando los ojos dándole un tono ahumado con un toque de rímel; y los labios con un rojo. Una vez hecho eso, se enfundó el vestido encima del conjunto nuevo de lencería y de las medias. El vestido era sencillo, lo único llamativo en el era su escote, que quedaba realmente resaltado por el vértigo que provocaba y el sujetador que resaltaba sus pechos.

Saco del armario los zapatos negros de unos diez centímetros de tacón, y se los calzó. Luego se coloco unos pendientes negros brillantes, se preparó el bolso y salió de casa con el abrigo puesto.

Camino del restaurante, sintió como mas de una persona la miraba; y eso, lejos de intimidarla como habría ocurrido en alguna que otra ocasión, le gusto. Se sintió guapa. Una vez en el restaurante, sus amigas admiraron su atuendo, y los camareros estuvieron con ella más atentos que de costumbre. Sin duda alguna, si se lo proponía, aquella noche era capaz de seducir. La cena transcurrió tranquila, entre risas. Cuando terminaron, se fueron a tomar unas copas.

Fueron al sitio de moda. Un local en el centro de la ciudad. Era enorme, dos plantas, decoradas al más puro estilo “chic”. Dejaron los abrigos en el guardarropa y fueron a elegir una de las meses altas que había en el local. Tenían ganas de beber algo. Lory se ofreció para ir a por ello, se acerco a la barra de aquel sitio, siendo consciente de que el escote llamaría la atención. Sus amigas se quedaron en la mesa. Los tacones, lejos de molestarla, le hacían sentir viva, y el vestido, la hacía sentirse interesante. Aquella noche decidió que no sería la misma Lory tímida de siempre.

Se acercó como pudo hasta la barra, el local estaba lleno de gente. Nadie conocido, era un alivio. Se incorporo un poco y llamo a un camarero. Uno guapo que la sonrió nada más verla, como era de esperar, y no por ella, si no por su vestido. Era de esperar. A lo que respondió con una feliz sonrisa. Si era necesario jugar, esa noche, no le importaría. Se acerco el camarero y dijo:
- Buenas noches, ¿que desea tomar?- ella, toda picardía, respondió:
- Hola guapo. Sería posible que me pusieras un par de ron con cola y dos daiquirís de fresa. Si no es mucho pedir, claro.
- Para ti, nada es mucho pedir. Preciosa. Ahora mismo te lo pongo.
- Gracias cielo.- dijo con una gran sonrisa en la boca.

Al cabo de unos tres minutos, el camarero le sirvió lo que había pedido. Y disimuladamente, le paso, una nota con su nombre y número de teléfono. Cuando se giro para volver con sus amigas, alguien le intercepto el paso y dijo.

- Señorita Lauren, no está bien que le dé esperanzas a un joven camarero.- había un cierto tono de burla en su hablar.

Lory levanto la mirada y ahí lo vio, el Señor Camas, nunca es que se hubiera fijado mucho en el, pero aquella noche lo vio especialmente atractivo. Y aquella sonrisa que mostraba, definitivamente, aquella noche le gusto algo.
- Por cierto, se ve especialmente preciosa esta noche. – le volvió a sonreír, a lo que ella respondió, de forma angelical.
- Yo? Dar esperanzas? No he hecho algo así… Y el que seguro que levanta esperanzas esta noche, será usted, Señor Camas. Va demasiado guapo.- le sonrió triunfal y se marcho.
El señor Camas, vio como se alejaba, nunca se había fijado en su gracia al andar. Pero aquella noche, era imposible no fijarse en ella, él iba con unos amigos. Habían venido a visitarle; desde que se fuera no había podido volver a casa, así que se habían plantado en su ático ese fin de semana. Con la exigencia de que les enseñara Madrid, y a él, el sábado, no le quedo más remedio que arreglarse y llevárselos.
Se acercaron a la barra a pedir algo para beber. Le había venido bien la Señor Camas salir, desde su traslado había salido más bien poco. Se encontraba en una mesa, con sus amigos, cuando diviso que en la pista de baile estaba la Señorita Lauren, se movía grácilmente mientras un joven, de su misma edad intentaba bailar con ella. Muy disimuladamente, intentaba alejarse de él. Sus amigas reían, pero no podían hacer nada para “salvarla”. Los amigos del Señor Camas se estaban divirtiendo, pero necesitaban, quizás, bailar. No se lo pudo preguntar, en menos de un momento, se los encontró en la pista, cerca, bastante cerca de las amigas de la Señorita Lauren. Pensó que debía ir, para evitar que cometieran alguna tontería, pero llego un poco tarde.
Lo prometido es deuda... siento haber tardado tanto en postear... Os invito a pasaros por mi otro blog : Deshaciendo historias: www.rocio221.blogspot.com. Un beso

miércoles, 10 de noviembre de 2010

De vuelta!

Hola chic@s,
Aqui estoy otra vez, lamento que la falta de inspiración se haya dilatado tres meses en el tiempo, pero en el corazón nadie manda, y en gran medidad, es el corazón el que me guia al escribir. Os prometo que colgare el proximo capitulo en breve (y cuando digo breve, me refiero a unos dias).
Gracias por esperar.
Un saludo