Las cinco en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos… apareció la chica rubia del fin de semana anterior (lo cierto es que había olvidado su rostro)… es que esa chica no sabía que las mujeres debían de hacerse de rogar en una cita… los cinco o diez minutos de rigor… Irascible. Al fin y al cabo esa chica no tenía la culpa, debería de intentar ser un poco más amable a lo largo de la tarde.
Así apareció, alta y coqueta, con unos vaqueros y un suéter fino… color claro, también, la verdad es que el color de aquel suéter la favorecía… y nada de tacones… unas bailarinas tan comunes. Llego hasta él y le saludo. Lo típico, la tarde pasó en la más absoluta tranquilidad, las risas, las cosas curiosas ocurridas desde el fin de semana y poco más… Se hizo tarde… pero lo cierto es que lo estaba pasando bien. Curiosamente.
Una cosa llevo a la otra, el tiempo, las risas, y sin quererlo, acabo en casa de aquella graciosa rubia. Empezaron por unas cervezas y terminaron riendo como tontos de algo que ni ellos mismos sabían… entonces… ella, que estaba sola en aquel piso de estudiantes, planto sus labios sobre los de él. Se besaron, el le siguió con aquel beso pensando que era ella, y no aquella rubia a la que estaba besando… la pasión se desbordo pero no como unas noches atrás cuando estaba en una habitación de hotel…A pesar de que aquella chica se estaba esforzando por darle placer, pero no sintió lo mismo que cuando estuvo con ella…la chica termino dormida sobre su regazo, se levanto cuidadosamente y la llevo a su habitación, el se vistió y salió por la puerta… Se despidió con un beso en la frente, ella no se enteró… Ni una nota, ni nada…