domingo, 31 de mayo de 2009

(2)

La chica cuya risa sonaba estaba a tan solo cinco metros suya, junto a la puerta de entrada al edificio, era realmente divertida la imagen… La chica llevaba puestos los vaqueros que tanto la caracterizaban con un fino suéter color claro… Los tacones no eran altos... entonces volvió a reir… estaba radiante con esas gafas de sol y esa melena rizada. Se quedo ensimismado… Una pequeña brisa revoloteo el pelo de aquella chica, que se revolvió para que no se le pegara en la cara.

Luego, termino de ayudar a recoger lo que se le cayó a la chica con la que se había chocado, y resolvió salir rápido hacia la puerta. Aquella chica se estaba despidiendo de alguien, se sintió celoso de aquel muchacho que la estaba haciendo reír… Entonces paso junto a la puerta para sentirse cerca de ella.


El destino quiso que fuera en ese preciso momento, cuando aquella chica abrazaba a aquel amigo, que se quitara sus hermosas gafas de sol y se miraran por un momento, se cruzaran, mientras ella estaba en la puerta, y decía un hola por cortesia. No reconoció aquellos ojos, había pasado demasiado tiempo… Entonces ella se fue…

Aunque no la reconoció, salió detrás de ella, y consiguió pararla cogiéndola del brazo, ella se giró, llevaba nuevamente sus gafas de sol… Se las quito… Ella palideció en cuanto le miro fijamente, entonces resolvió con un:

viernes, 29 de mayo de 2009

Azar

Entre la prisa y el desasosiego. El calor sofocante, pleno mayo. Iba caminando desgarbado, con sus auriculares puestos, con la vista fija en el suelo como de costumbre. Llegaba tarde a la última clase, daba igual. Pensando en el último fin de semana, las risas y aquella rubia… Esbozo una sonrisa.

La vida perfecta- pensó para sí mismo. Seguía siendo el mismo chico de siempre, había recompuesto su vida una vez que logro alejar a aquella persona de su vida. No más lagrimas, no más mentiras… Dios, era increíble… la había olvidado por completo, y aun mejor, no se acordaba ni de su rostro.

Entre tanta tranquilidad y prisa, no se percató de que se iba a dar de frente con alguien; se quito los auriculares para pedir perdón a la guapa chica a la que había impedido el paso, claro, mientras esta despotricaba que si no sabía mirar por donde iba… Fue en ese momento, cuando escucho una risa….

lunes, 25 de mayo de 2009

Ahora que (final)

- No quiero volver a saber nada más de ti.

Ello fue lo que más me impacto entre otras muchas cosas…aquella noche me pudo decir tantas cosas, que ahora no sería capaz de escribirlas una por una. Me hizo daño, sí, pero también me hizo daño antes, cuando fuimos a su casa, o cada día que me demostraba su falta de confianza. Pero no se, quizá aquella noche era distinta, era distinta porque ya él no tenía ningún derecho sobre mí, y bueno, como él dijo, yo tampoco tenía ningún derecho a pedirle nada, o si mal no recuerdo, dijo que no estaba en condiciones de pedir nada.

Así es como empezó todo de nuevo, otra vez nos volvimos ha hacer daño. Mientras el por sus labios lanzaba aquellos puñales. Puñales que según él, yo me merecía. Me pudo decir de todo, no quería saber nada de mi, ni quería ser mi amigo (en eso estábamos de acuerdo) yo no quería ni podía ser su amiga, y yo tampoco quería volver con él. Me dijo que le hice daño, que él aún tenía la pequeña esperanza de que volviéramos algún día. Esos eran sus puñales. Yo a su lado, quieta e inmóvil, me iba desangrando, sin que él se diera cuenta. Sin que él pudiera hacer nada por evitarlo. Porque él lo estaba causando. Le miraba y no llegaba a reconocerle. No reconocía a la persona de la cual yo me había enamorado un año antes. Mientras estaba sentada, allí a su lado, escuchándole; pensaba en lo frío que era. En el odio que me estaba demostrando. Pero aún así, a mí aun me quedaba algo de amor dentro de mí.

Aún no se como conseguí reponerme. Estaba con Carla y Sara y me sentía nuevamente sola. Ellas estaban allí, queriéndome, pero yo no estaba. Me había quedado allí, en el lugar donde había hablado con él, en el lugar donde me había estado desangrando. Mi cuerpo estaba ausente. Deje de existir en el preciso instante en que me hirió. Creo que nada pudo paliar todo el dolor que pudiera causar aquella noche. Solo el tiempo podía paliar ese daño. Y yo si, con el tiempo le perdonaría, aunque no lo olvidaría… Al día siguiente. Mi mundo empezó a ser un caos nuevamente al día siguiente. Yo aún lloraba por la noche anterior; y él, aun pensaba en mi como nuestra vida anterior.

Parecía curioso, al día siguiente volvió ha hablarme. Al día siguiente, él me hablaba como si no hubiera pasado nada, como si todo lo que me hubiera dicho no importará. Yo podía perdonarle. Pero me había dejado heridas, y las heridas no se cerraban en unas horas. Ya no era una extraña para él, había pasado de vivir en el olvido a volver a ocupar su mente. Dice que se pasó muchas horas pensando como volver a decirme algo, como volver a hablar conmigo… Se había arrepentido de todo lo que me había dicho, se había arrepentido de todo. Decía que ya no sentía todo aquello. Que ya estaba olvidado. Que aún me quería. Si, que aún me quería demasiado, y que hasta que no estuve hablando con él no se dio cuenta de ello. Sabía que me había hecho daño, sabía que yo había sufrido.

Me dijo que mi gesto me honraba, que haberme acercado a él, nuevamente le hacia recordar a la persona a la que tanto quería, pero aún así el necesitaba sentirse querido y no por mi, igual es que él pensó que nunca le había querido, aquel jueves de noviembre, ya no sabía que pensar con respecto a él, con respecto a lo que habíamos tenido…

Ahora que?
Me volvía a preguntar día y noche después de tantos meses. Todo volvía a empezar de nuevo… de hecho, lo había vuelto a empezar yo.

martes, 19 de mayo de 2009

...

Y así había ocurrido todo, por fin me había olvidado de él, y por fin estaba dispuesta a ser feliz, me encontraba quizás en el mejor momento de mi vida desde que le deje. Desde que decidí acabar con todo aquello para siempre, allá por el mes de septiembre.

Pero el destino desgraciadamente, aún me jugaría una mala pasada, o quizá, me la jugué yo misma. Aún le volvería a ver. Aún nos volveríamos a encontrar y aún pasaríamos una noche juntos. O quizás, ello tenía que pasar para que yo, me diera cuenta que ya no tenía sentido pensar en él como antes, quizá esa era la razón que me faltaba para olvidarme de él definitivamente.

Y así sucedió.
Aquella noche le volví a ver. Algo me impulso a pedirle un minuto de su tiempo, aún no se de donde saque las fuerzas y el valor para hacerlo. Tonta fui. Yo que me había prometido no saber nada más de él. Yo que de nuevo me sentía viva… Solo se me quedo una imagen suya grabada; aquella de cuando me dijo:

lunes, 18 de mayo de 2009

Ahora que (aún hay más)

Había decidido ser feliz, y lo iba a conseguir. Solo tenía interés por recuperar mi sonrisa; esa que tanto le gustaba a él; y volver a ser la misma de siempre. Esa que era sería, que gritaba mostrando su emoción, esa que se reía con nada, aquella que siempre era la mala, porque era la única que en la mayoría de las ocasiones, decía la verdad y lo que pensaba sin importar lo que ocurriera. La que era capaz de darle ánimos a cualquiera. Esa a la que solo le importaba sacar sus estudios adelante y preocuparse por su familia, que estaban pasando un mal trago. Esa es la verdad. Había conseguido olvidarme de él, porque me había dado cuenta, que había cosas peores, y que había gente que necesitaba mi cariño. Que necesitaba de mí para ser más feliz.

Y así paso el tiempo, y ya habían pasado dos meses, me encontraba en mitad de Noviembre, las fiestas estaban por llegar, y ello significaba que en esa semana iba estar lo demasiadamente ocupada como para terminar de olvidarme de quien era él y que es lo que habíamos tenido. Y así paso, Tania, Jenny y Nuria me enseñaron que con alegría las cosas se ven desde otro punto de vista, que todo tiene remedio. Esa fue la mejor noche en mucho tiempo, las risas, las copas. Bailábamos en medio de la calle sin importar quien estuviera delante, bailábamos con quien queríamos porque todos bailaban con todos. Eran fiestas, todo estaba hecho para divertirse y para olvidarse de los problemas. Jenny y yo nos mirábamos y no podíamos parar de reírnos. Nuria había empezado la noche algo aburrida y termino animándose. Tania y yo, nos entendíamos con solo mirarnos, y bailábamos juntas sin importar quien estuviera viéndonos. Creo que fue el mejor cumpleaños que tuvo Tania, porque aquella noche también se celebraba su cumpleaños. Aquella noche lo cambió todo… después de aquella noche todo cambió, conseguí levantarme al día siguiente sin pensar en él. No sabía que es lo que realmente había pasado para que aquello ocurriera, para que me olvidara de él. No sabía que es lo que había cambiado en mí para que al día siguiente y los restantes no pensará en él como siempre lo había hecho. Será el hecho de que me di cuenta de que llorar no iba a cambiar todo lo que paso desde Septiembre. Será que me di cuenta que todo en esta vida pasa y que nada es imposible.
Quizá era algo egoísta que me hubiera olvidado tan pronto de él, al fin y al cabo solo habían pasado dos meses. Pero ocurrió. Tania, Jenny y Nuria se alegraron de saber que todo había cambiado, y yo también me alegraba. De hecho, todas se habían alegrado. Era el momento del cambio, de dejar guardadas en el armario las caras largas, las caras tristes, los malos momentos. Es como si hubiera llegado la primavera o el verano, todo lo veía con más luz que antes, todo me ayudaba a vivir día a día, y a ser feliz. No se que hubiera pasado si no las hubiera conocido, pero, fueron parte del enclave para que yo consiguiera dejarlo todo atrás.

Me resultaba en cierto modo difícil de creer. Después de todo lo que había llorado, era capaz de reír de nuevo. Supongo que es lo que decía Carla, esa frase suya de que “las mejores cosas suceden cuando menos te lo esperas”. Pues sí, todo pasa cuando no lo planeas o cuando no tienes interés porque ocurra. Lo cierto es que no sabía como no me había dado cuenta antes, después de todo, siempre había tenido a mucha gente alrededor mía esforzándose por enseñarme que lo que había ocurrido no era el fin del mundo. Enseñándome que aún existían cosas por las que luchar. Al fin y al cabo, en esta vida siempre hay algo por lo que merece la pena luchar.

lunes, 11 de mayo de 2009

Ahora que (más...)

Espere durante días una simple contestación, espere que al menos se dignara a decirme que no quería saber nada de mí, que no me guardara tanto rencor como para no querer decirme nada, pero me equivoqué. Esperé en vano, porque no recibí contestación, y ese fue el momento en que peor me sentí desde que lo deje con él. Eso fue, quizá lo que en parte, más daño me hizo, yo, que la había cogido mucho cariño, yo, que me sentía tan mal por lo que ella y su familia pudieran llegar a pensar de mi, y así me encontraba, hablando una vez más con un extraño, en este caso, una extraña.

Ya había pasado un mes, y aunque para mi era como si hubiera sucedido ayer mismo, fue a partir de ese momento en el que me di cuenta, que ya no tenía sentido preocuparse por él. Había decidido borrarme de su vida. Como si nunca hubiera existido y yo, por mucho que me doliera, debía hacer lo mismo.
Y así empezó la nueva vida, me dolía, aún me costaba hacer vida como si no le hubiera conocido, aún me costaba irme a la noche a la cama y no sentir su llamada, o no sentir su beso de buenas noches... Pero sabía que no quedaba otra elección, y así debía hacerlo. Aún me costaría otro mes más empezar a olvidarle y ser yo misma, pero mientras eso pasaba, las cosas seguían puestas en su sitio, sus recuerdos, su imagen.

Lo que no sabía, es que el momento de volver a vernos, estaba próximo. No lo creía así. Aquella noche cuando le vi… mi corazón volvió a dar un vuelco. Esa era la señal. La señal de que aun le quería. La señal de que el tiempo, no me estaba ayudando a olvidarle. Apareció justo cuando yo me marchaba, Carla y yo salíamos. Y su amigo y el entraban, pasó a un metro de distancia, pensando yo que se iba. Pero lo que no sabía es que al volver, el seguiría estando en el mismo lugar y con la misma gente. Y volví a pasar por su lado, rozándole y eso no fue capaz de despertar en él el mínimo sentimiento. Me sentía mal, porque yo al verle aún sentía algo, y para él no existía. ¿Como se había olvidado de todo? ¿Donde estaba todo el amor que decía haber sentido por mi? No lo entendía, deseaba ser como él. Fingir que no sentía nada por él. Hacerle ver que yo también podía borrar con un chasquido de dedos todo lo que sentí por él, pero no podía. No podía porque aún estaba enamorada de él. Aquella noche, antes de verle, ya había pensado en él. Mientras escuchaba a Belén Arjona y su “Si No Estas”, había pensado en él. Y también cuando escuche a Pereza mientras cantaban “Yo Pienso en Aquella Tarde”, esa canción fue la que realmente me recordó lo que había vivido con él. Me recordó cuando estuve con él. Allí. En su ciudad, disfrutando juntos y solos de sus fiestas. Disfrutando juntos y solos de lo que la vida nos deparaba estando juntos… y luego verle. Aquella noche siempre sentí que nos íbamos reencontrar.
Al día siguiente todo me parecía demasiado surrealista como para comprenderlo. No entendía lo que había sucedido la noche anterior. Le mandé un mensaje a él. Le dije que le veía bien, que eso había creído yo al verle. Y también le dije que al menos deberíamos saludarnos, que habíamos pasado mucho juntos, y que eso era lo mínimo. Pero nada. No recibí contestación. En cierto modo lo esperaba así, pero no quería aceptarlo. Carla no supo la existencia de aquel mensaje hasta tiempo después. Supongo que si le hubiera dicho para que necesitaba el teléfono, no me lo habría dado. No me habría dejado que le mandará el mensaje, y en parte, es lo mejor que hubiera hecho. Debería de haberle dicho para que deseaba el teléfono, me hubiera evitado quedar una vez mas como una tonta. Pero nada. Lo único que hice fue contarles la historia a Sara y a Vanesa, pero nada. No paso nada.
Había acabado Octubre y ya había empezado Noviembre, ya habían pasado casi dos meses de aquello y yo, día a día, conseguía ser un poquito más feliz. Estaba consiguiendo olvidarme de él poco a poco. Estaba empezando a no sentirme culpable y a empezar a creer, que si que merecía que alguien me quisiera. Ya no importaba que él no quisiera saber nada más de mí. Yo ya me había dado cuenta que no era incompatible el quererle y intentar no pensar tanto en él. Lo cierto es que me preocupaba más por Tania que por mi misma. Ella estaba pasando por la misma situación que yo. Lo único que nos diferenciaba era que en su caso, ella era la dejada, y era ella la que no podía seguir como si no hubiese pasado nada. Ella me enseño a ver las cosas desde la otra perspectiva. Me enseño a comprender un poquito mejor la postura que estaba tomando él. Y es por eso que confíe que con el tiempo todo se arreglaría….aunque la verdad, es que el tiempo no lo arreglaría todo, más bien, lo terminó estropeando.

sábado, 9 de mayo de 2009

Ahora que (seguimos...)

Hasta que no empezaron las clases, no fui persona, me pasaba el día deambulando por mi casa, llorando cada vez más en mi habitación, las noches sin él eran desiertas, no conciliaba el sueño, no podía dormir, no era capaz de reír, de mi cara solo salían lagrimas, intentaba buscar algo por lo que luchar y no lo encontraba. Simplemente no conseguía olvidarle, deseaba que todo fuera un mal sueño, una pesadilla… Deseaba no sentirme así, tan mal, tan triste, sabía que el cambio era para mejor, pero, ¿cuando llegaría la mejoría? ¿Cuando iba a ser capaz de mirarme al espejo y no sentirme culpable por haberle apartado de mi lado, por haberle dejado marchar? No lo sabía. Yo solo sabía que cada día era interminable, como si muriera más, como si ya no tuviera sentido vivir. Si es que había destruido lo que yo creía que era mi razón de vivir. Necesitaba estar ocupada, despejar mi mente, salir de casa, empezar a verlo todo más claro, empezar a sentirme viva o al menos intentarlo. Todas estaban conmigo, todas intentaban ayudarme, pero al fin y al cabo, era yo la que tenía que hacer el propósito de salir del bache, así que, la mejor manera de hacerlo era, rodearme de mis amigos y amigas. Llame a carla. La llamé. Porque ella estaría dispuesta a salir conmigo, a sacarme de casa, a sacarme de la profunda tristeza en la que estaba inmersa. Ella siempre estaba dispuesta a echarme una ayudita, a demostrarme todo lo que me quiere. Y vino, se quedó todo el fin de semana. Salimos para vivir lo poco que quedaba del verano, para que yo me olvidara, para que viera gente a mi alrededor. En definitiva, para que yo, por un día, dejara de pensar en él. Fue el mejor fin de semana que pasé en mucho tiempo, ya no por la borrachera, que me ayudo a olvidarme de él, sino porque me enseño que lo que había pasado no era el fin del mundo como yo creía. Es cuando me di cuenta, que con la ayuda de ellas, podía superarlo todo, podía ser feliz y podía vivir mi vida sin preocuparme de lo que estuviera viviendo. Aún así, necesitaba más tiempo para poder superarlo del todo, aun así necesitaba estar ocupada.

Y empezaron las clases y todo volvió a la normalidad, la rutina, los días, las risas con ellas y ellos, y él, ese chico que no había tenido la oportunidad de conocer hasta ese momento, sabía hacer reír, y con el parecía que el mundo no tuviera perdida, con él y sus ganas de apoyarme. Todos día a día conseguían sacarme una sonrisa. Todos conseguían hacerme olvidarme de mi tristeza.
Pero el tiempo pasaba, y no conseguía olvidarme de él, en todas mis conversaciones estaba él, en todos mis sueños, en toda mi mente, solo quería que me perdonara. Al fin y al cabo, solo quería seguir amándole… Pero todo era muy difícil, supongo que yo necesitaba sacarme una espinita que tenía clavada, supongo que había algo que me agobiaba y me mataba por dentro y supongo que ese algo, era el hecho de que no había podido hablar con su hermana, algo me decía que me acercara, que le contara que pasaba por mi mente y eso hice, me puse en contacto con ella. Solo quería quitarme una espinita que tenía clavada, quería pedirles perdón, quería demostrarles que yo aun sentía algo muy bonito por esa familia… Tania me lo aconsejo, Tania me aconsejo que le escribiera un mail, que tuviera el valor y le dijera todo lo que necesitaba. Que me enfrentara a ellos. Y lo hice. Le di las gracias, le dije que sentía que todo hubiera acabado así, y le dije que le cogí mucho cariño, y me despedí… Igual ni leyó el mail, igual lo eliminó directamente, supongo que nadie supo nunca de su existencia, solo ella y yo, no creo que ni él se enterara, después de todo no me lo hecho en cara cuando nos volvimos a ver aquella noche… al menos creo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Ahora que? (continuación)

Me encontraba en plenos exámenes de septiembre, estudiando sin estudiar, viviendo sin vivir. Mis asuntos eran lo más importante en ese momento, me refugié en mi, solo deseaba un abrazo de aquella persona que me entendía con solo mirarme. Que sabía que me había costado tomar la decisión. Me sentaba en mi mesa y ya no le sentía junto a mí, ya no le tenía detrás de mí. Era una sensación de vacío, angustia que no dejaba que fuere yo misma. Me sentía desprotegida, sola, aunque toda la gente estuviera a mí alrededor.

Comencé sola el camino, cada uno por su lado, él para mi aún era alguien importante, pero yo para él ya no significaba tanto. De hecho deje de existir para él. Simplemente no me conocía. Intente saber algo de él, preocuparme por como estaba, pero no recibí contestación… solo quería saber si se encontraba bien, como lo estaba afrontando, y no supe nada de él hasta tiempo después…
Mis intentos por comunicarme con él y hacerle ver que yo tampoco estaba bien, también fracasaron y me encontraba hablándole a alguien que parecía, había muerto. Él solo hacía más que arrepentirse de haber estado conmigo y de haberme querido. Él mismo lo decía, pero no a mí, pero si a referido a mí. Eso dolía, no tenía idea del mucho daño que me hacía. Pero lo acepte, yo estaba muriendo por su amor, y él se… arrepentía de todo? No conseguía creerlo y mucho menos entenderlo.

Me acuerdo del día que lo dejamos, me acuerdo de cuando su hermana intento solucionarlo, me acuerdo cuando me abrió aquella ventana y dijo:
- Que os ha pasado? Es que veo a mi hermano muy triste.
- Nada, son cosas que suceden en las parejas.- Le conteste- no te preocupes.Mi contestación debió parecerle algo brusca, porque también deje de existir para ella en ese momento, parecía mentira, el cariño que le había cogido tanto a ella como a sus padres, era algo maravilloso, nunca pensé que sentiría tanto cariño por ellos, por esa forma de comportarse conmigo, por abrirme las puertas de su casa, y yo, lo estropee todo en un segundo.

jueves, 7 de mayo de 2009

Ahora que? (segunda parte)

Y fue en ese momento, cuando creí estar viviendo una situación anterior. Fue en ese instante cuando me acorde de aquello de: una frase inesperada, un adiós le dijo él, y en pocos segundos se dejaron de ver… Esa había sido una historia anterior, pero su forma de terminar parecía que había sido la misma.

Pensar que la decisión la llevaba pensando días, y no podía creerlo. Necesitaba dejarle, se que era algo que no entendía él, ni yo misma lo entendía, pero era mejor así. Tenía algo en mí, dentro de mí, que me impedía quererle tanto como yo deseaba hacerlo… Tenía la esperanza de que no acabara, tenia la esperanza de poder hacerle reaccionar, ver que mis días a su lado no eran como antes, y yo necesitaba que fuéramos los de antes, pero los de antes dejamos de serlo desde Mayo…
Igual no podíamos ir contra corriente, igual en nuestro destino estaba escrito que por mucho amor que nos tuviéramos, este debía ser el final… ni una despedida digna. Es como si nuestra historia no tuviera derecho a un final correcto. Quizás mis miedos me impidieron afrontar la situación, quizás el dolor que sentía por su comportamiento me impedía verle, sabía que yo en ocasiones no era la mejor persona, pero algo me decía que viviendo así la relación no iba a ser feliz. Había tenido tanto miedo al fracaso con él, que cuando empezamos a vivir aquellas situaciones, temí que ese fuera el fracaso; y aunque él no lo crea así, aquello era un fracaso, porque dos personas que se aman, no pueden pasarse toda la vida discutiendo, tiene que tener fe en ellos mismos y bueno, fe teníamos, pero no la suficiente como para olvidar el daño que nos hacíamos. Es por aquello que cuando el me dijo:
- Creo que me merezco otra oportunidad – cosa de la que me acuerdo como si hubiera sido ayer-.
Conteste. Si conteste con miedo, y a sabiendas de que ya no iba a haber vuelta atrás, de dije:
- Para que? – Fue en ese momento cuando me convertí en una extraña para él- Dime, para que a los dos meses estemos igual.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Ahora que ? (primera parte)

Ahora que?
Me repetía día y noche. Se había acabado, de hecho lo había acabado yo, y sabía las consecuencias; pero lo que no sabía es que aquello me estaba desgarrando por dentro, y que inevitablemente, aún lo hace. Sabía que le estaba partiendo el corazón, de la forma que nunca pensé que lo iba a hacer; sabía la reacción, su reacción y aún así, decidí acabar con todo. Decidí acabar con seis meses, bueno, con un año, porque aquello fue como un año, porque aún me acuerdo de los meses que le busque aunque no lo pareciera; con lo que le costo darme aquella segunda oportunidad, y dármela a mi misma, y estaba decidida a hacerlo. Estaba decidida a acabar con aquella amarga felicidad que era el motor de mis días. Supongo que en cierto modo, era mejor dejarlo que sentirme tan triste a su lado. Supongo que yo en cierto modo, no era tan feliz a su lado como yo creía. Supongo que aunque le quería, esa fue la salida más sencilla y fácil que encontré. Quizá fue cobardía lo que me impido que saliera mi valor para dejarle dignamente, quizá era el hecho de saber que no me resultaba tan fácil y que no era tan fuerte como creía. Quizás y simplemente era el hecho, de que estaba enamorada de él. Si aún estaba enamorada de él. Su forma de ser me había enamorado un año antes, sus cosas, su forma de ver la vida, su alegría al verme cada día. Todo aquello me había enamorado, y no entiendo como tarde meses en darme cuenta de aquello. Pero lo que menos comprendo; es como todo aquello cambió; porque a mis ojos, algo estaba cambiando, aunque para él todo estuviera bien. Supongo que eso también nos fallo, el hecho, de que no pudiéramos hablar las cosas…
Y así estaba, dejándole marchar, y borrando en un momento todo lo que habíamos pasado. Todo lo que habíamos sentido. Sabía que él al otro lado de la pantalla iba a estar desgarrado, lo estaba matando, y no pude ser solidaria y dejar de pensar un solo minuto en mí, para atender al daño que le estaba ocasionando, o igual si que lo sabía, pero a sus ojos, como tantas veces antes, estaba siendo egoísta. Me había repetido aquello de ser egoísta tantas veces, que no me asombraba de serlo, igual él hizo que no me asombrara de ello. Creo que él con sus celos y sus enfados y sus historias me había absorbido por completo, en muchas ocasiones me había hecho sentir mal conmigo misma.

lunes, 4 de mayo de 2009

Estoy aqui

Estoy aqui, asustada, divisando la linea que nos separa; preguntandome si alguno de los dos la volverá a sobrepasar. Sinceramente, hace mucho que no das señales de vida y lo echo de menos. Hace mucho que no te veo, ni siento que me vigilas, aunque eso sea algo... extraño.

Estoy aqui, intantando creer que la ultima vez que nos vimos pude hacerte realmente mal y no lo hice. Pude ir, acercarme a ti delante de ella y cogerte la cara con mis manos para darte el beso más apasionado que jamás te hubiera dado, pude hacerlo, para marcar mi territorio, para señalarte que estaba ahi... A pesar que disimularás, a pesar de que me odiaras y dijeras que era lo peor que te habia pasado. Pude hacerlo, porque te veía aquella noche, mientras me vigilabas con tus ojos, aunque estuvieras con ella, aunque estubieras a metros de mi, estabás detrás mia, y yo estaba contigo.

Estoy aqui, a pesar de los años que han pasado, y ha pesar de las aventuras que han surgido. Sigo estando aqui, y se que tarde o temprano me volverás a ver, al igual que se, que en el fondo no soy lo peor que te paso en la vida, que si quisiera, podría trastocar todo tu universo con un solo latido de mi corazón, aunque eso suene... como decirlo, creido... Creeeme, si que puedo, al igual que tu sabes que podrías causar en mismo efecto en mi.